Arte Digital


Universidad de los Andes
Mérida - Venezuela
Facultad de Arte
Escuela de Arte y Diseño
Profesor. Yusef Merhi

viernes, 27 de julio de 2012

Mi corazón permanecerá donde mi cuerpo no podrá volver nunca más.

Domingo peña


    Este proyecto que busca la apropiación de un Ilustre andino a fin de transpolar a la actualidad elementos presentes, pero mediante técnicas utilizadas en la contemporaneidad (fotografía digital, edición o manipulación digital de la fotografía y en última instancia el stencil art) para, de esta forma, dar vida a una nueva pieza de arte que se nutre de todo un proceso de investigación histórica y que, a su vez, invita a repensar el funcionamiento del sistema de arte como se entiende hoy en día. Tratando de reproducir y plasmar esta obra en muchos sitios del estado Mérida, con el fin de dar a conocer y difundir quien fue este ilustre tan importante de nuestra ciudad, ya olvidado por muchos, a través de esta técnica llamada Stencil Art que dentro de las diferentes formas de arte callejero, comparándolo al stencil con el graffiti sobre todo, se encuentra en el primero una complejidad de formas y contenidos, las cuales expresan y se presentan en muchas ocasiones marcando una posición frente a ciertos aspectos de la realidad, con ideas críticas, con insinuaciones o imágenes sugestivas, o, en muchos casos, con humor.

    Los antecedentes inmediatos del stencil, se encuentran en las plantillas utilizadas con fines propagandísticos, en la mayoría de los casos en tendencia política. La trascendencia del stencil como medio de expresión surgió con cierto grado de popularidad en los principios de la década del ochenta. Con el tiempo, en las obras hechas con plantillas se han vinculado diferentes elementos de distintas corrientes artísticas.

    En las obras del stencil, los márgenes creativos son extremadamente anchos, existiendo y generando una gran variedad de diseños y obras por parte de los pintores. La diversidad de formas con las que se puede trabajar y los diferentes contenidos a los que se les han dado forma, establecen al stencil como una de las formas de artes más flexibles y plurales.

Los pintores de stencil


Habiendo alcanzado cierta popularidad en los primeros años de los ochenta, uno de los artistas exponentes del uso de las plantillas fue Blek Le Rat. Con sus ratas, soldados, tanques y personajes anónimos como el reconocido “Hombre a través de los muros”, una de sus obras, Blek se estableció como exponente de la corriente, sobre todo en Francia.

Luego, no demoraron en aparecer distintos artistas atraídos por el trabajo de Blek. Vota Dier, Shepard Fairey (Obey), Dr. Hoffman y Banksy, son algunos de los artistas callejeros más reconocidos hoy en día. Manejando dentro de sus trabajos diferentes formas y técnicas, diferentes ideas y objetivos, los artistas del stencil vienen plasmando, desde hace ya tres décadas, sus obras con gran calidad.





Esténcil realizado en Adobe Ilustrator.
Cortado a mano












jueves, 26 de julio de 2012

Acerca de REASON


Completo estudio virtual de sintetizado de sonido





Sintetizadores, samplers, cajas de ritmos, reproductor cíclico de loops, mezclador, efectos, secuenciador de patrones.

Esas son algunas de las características que convierten a Reason en uno de los secuenciadores en tiempo real más completos.

Reason aúna todo tipo de instrumentos para convertir tus inquietudes musicales en una realidad, eso sí, no esperes manejar este programa a la perfección desde un principio si no estás habituado a manejar sitetizadores y demás puesto que es una aplicación realmente completa y a la vez compleja.


Screenshot



Rack-Back
http://www.propellerheads.se/

miércoles, 25 de julio de 2012

DRUM AND CAT. VIDEO ART



Este gato doméstico, mi "MAU" depende del ser humano para su cuidado y alimentación; requieren una atención considerable; expresan su cariño y necesidades por medio de ronroneos y movimientos de su cola.

Es paciente, hábil para cazar y muy inteligente, excelente compañero pero a veces es altanero y soberbio.
MAU! me inspiró para realizar este proyecto de Video Art, clase del profesor Yucef Merhi, Arte Digital.
Producido en mi casa, lo edité en Adobe Premiere Pro Cs5, tipografía e imágenes Photoshop Cs5.
El audio lo produje y creé en Reason 5.0 que es un software musical desarrollado por Propellerhead Software. Emula sintetizadores, samplers, procesadores de señal, secuenciadores, mesa de mezclas, etc. Se suele usar como estudio virtual o como una colección de instrumentos virtuales para ser usados en vivo o con otro software secuenciador. Los formatos de audio más usados en este programa, son aiff y wav, como los más conocidos y más a nivel de tecno músicos son los Rex2, los cuales pueden ser editados a partir de archivos de audios comunes y llevados a ese formato para poder manejarlos en Reason a nivel de Sampler o Loop.
Otro programa para edición de estos Archivos Rex2 es Recycle y pertenece a la misma fábrica de Reason. Espero que les guste.


Daniel Pulido Valero.                                                     DAPUVA/2012

http://www.youtube.com/watch?v=zI0h1zSGDdk




                                                                                                                                     

José Domingo Peña

Domingo Peña: Foto Cortesía Pedro Peña (nieto)

Los primeros intentos de ascensión



Los primeros intentos de ascensión datan de 1897, por parte de los aventureros José Trinidad Nieto, Víctor Moreno, Pedro Moreno, J. Eladio Altuve, Medardo Nieto, entre otros. Después, en 1922 un intento de escalar el Pico Bolívar sin éxito, el geólogo suizo M. Blumental fue el primero en pisar el glaciar Timoncitos que estaba ubicado al sur del Pico Bolívar, glaciar que ya está extinto por el calentamiento global.
FOTO:  Armenio Pulido Lara. Lic Deporte, Alpinista y mi padre. 

A principios del siglo XIX, el destacado montañista venezolano Alfredo Jahn intentó en dos oportunidades escalar el Bolívar sin resultados positivos.

El 5 de enero de 1935, el farmaceuta merideño Enrique Bourgoin y el Guía por excelencia Domingo Peña (1891-1977), fueron los primeros en hollar la cima del Bolívar por la vertiente sur del macizo, ascenso reconocido por el médico venezolano Franz Weiss (1898-197?), quien lo escaló en febrero de 1936.

martes, 24 de julio de 2012

Padre de Diego Arria con estudiantes lleva primer busto de Bolivar al Pico Bolivar



  Humberto Arria padre de Diego. El tercero de izquierda a derecha con el famoso guia Domingo Peña. Estudiantes Universidad Merida llevan primer busto de Bolivar al Pico Bolivar.


viernes, 20 de julio de 2012

En lo más alto


Elizabeth de Prochaska fue una de las primeras mujeres en alcanzar la cumbre del Pico Bolívar -en febrero de 1952-, aunque su nombre no figure en los registros oficiales. Del grupo que logró la cima, conformado íntegramente por inmigrantes checoeslovacos, es el único miembro que todavía vive. Más de medio siglo después cuenta su historia. Raúl Chacón Soto


"Grandeza. El mundo a mis pies. Fue algo precioso. Muy emocionante", dice Elizabeth de Prochaska al describir sus sentimientos una vez alcanzada la cima del pico más alto de este país. Era el mediodía del 8 de febrero de 1952. En lo más alto la esperaba su esposo, Carlos Prochaska, y un amigo de la pareja, Mauricio Stiassni, por quien ambos -especialmente ella-, habían velado a lo largo de toda la expedición por tratarse de un hombre de más de 60 años. Así que, en su caso, la alegría era doble: por haber logrado un sueño y por el resplandor de felicidad que había en la cara del viejo amigo, un resplandor que él mantendría hasta el regreso a Ciudad de Mérida, donde no esperaría ni un segundo para empezar a mandar telegramas a todos sus amigos en Checoslovaquia contándoles de la proeza alcanzada.


Ella no mandó telegramas, pero estaba muy feliz. Tenía la certeza de que muy pocos habían disfrutado tanto del viaje; una travesía a la que se había entregado en alma y corazón. Quizás por ello tampoco estaba consciente de que, sin duda, era una de las primeras mujeres en subir al pico. Sería justamente el guía de la expedición, el célebre Domingo Peña -primer hombre en poner su pie en la cumbre-, quien le diría a su esposo, una vez iniciado el descenso, que la dama era la primera en lograrlo; algo que para ese entonces le pareció exagerado, y que, luego, ella misma se encargaría de aclarar, al conseguir los nombres de las primeras venezolanas que alcanzaron la cima unos años atrás. "Quizás se refería a la primera musiúa", dice ahora riéndose y sumergida en los recuerdos, y con un marcado acento extranjero que los más de 50 años vividos en el país no han podido borrar del todo.







De izquierda a derecha:


- El recordado Domingo Peña sirvió de guía a la expedición checoeslovaca.

- Carlos y Elizabeth en un alto del recorrido. La pareja acostumbraba a subir los picos de su tierra y también los de Austria.

- El grupo de cargadores contratado en Ciudad de Mérida



A sus 83 años, Elizabeth de Prochaska conserva una lucidez increíble a pesar de haber sufrido hace poco tiempo de un accidente cerebro vascular. Nunca pierde el hilo de lo que se está hablando así tenga que esforzarse en ocasiones para encontrar la palabra adecuada -que a veces llega en su lengua natal-, y así haya tomado por otros caminos que nunca le desvían del trazado original. Si algo quería dejar en claro antes de aceptar la entrevista era que ella no fue la primera mujer en llegar al pico. Le preocupaba el asunto de los créditos. No quería que se le diera mérito a quien no lo tenía y que se dejaran de mencionar los nombres que sí lo merecían. Ella misma los tenía a la mano al momento del encuentro. "Yo simplemente llegué a la cumbre en el año 1952, aunque eso nunca fue documentado. ¿Aún así le interesa?, dijo. La respuesta fue un rotundo sí.




Ocho días


No habían pasado ni dos años de haber llegado al país, cuando ya se encontraban en plena faena de subir a la montaña más alta que en él encontraron. Escalar era su verdadera pasión -entre tantas otras como el esquí sobre nieve, patinaje, ciclismo, canotaje-. En su tierra habían conquistado las alturas de sus montes más elevados, así como también lo hicieron en Austria -país al que llegaron al escapar de los tanques rusos que invadieron Checoslovaquia en 1945-, donde subieron a la cumbre del Grosglokner, que se eleva hasta los 3.798 metros. Nunca habían llegado tan alto como pensaban hacerlo en el Bolívar. Por eso la emoción era muy grande.




Nunca dudó en hacer la travesía con su esposo. Habló en su trabajo y pidió el permiso. "Mi marido va a subir al Pico Bolívar y quiero acompañarlo". Con el sí de su lado, empezaron a prepararse para la expedición a Los Andes. Escalaban todos los fines de semana, en El Avila, por El Junquito, la Colonia Tovar. Estaban encantados con la geografía de este país. Ya en enero habían terminado los preparativos, y el 1° de febrero se dio luz verde al viaje. Emprendieron camino a bordo de un viejo Nash que habían comprado por 2.000 bolívares. En él viajaban con su amigo Mauricio Stiassni. En otro auto, mucho más moderno, iba el resto de los integrantes, todo conformado por compatriotas checoeslovacos. Cabe recordar que en 1952 las condiciones de las vías del país no eran las de hoy en día. No había autopista Caracas-Valencia, por lo que se tomaba la carretera vieja de Los Teques. Entre Valencia y Puerto Cabello abundaban los baches, y más allá de Barquisimeto, rumbo a Carora, todo era polvo y más polvo; tanto, que cada vez que pasaba un auto, tenían que reducir la marcha por falta de visibilidad. "Llegamos a Valera como salidos de un molino... pero al observar las montañas, la cordillera, sentimos unos brinquitos en el estómago... Tan pronto empezamos a salir hacia Timotes nos encontramos con el Motatán y, en la primera oportunidad, paramos y nos bañamos en el río, estábamos felices". Recuperados, tomaron hacia El Vigía, y, luego, hacia el páramo del Aguila, donde se dieron el lujo de tomar un chocolate caliente (llevaban todo estrictamente contado pues no había dinero y ya habían invertido mucho en la filmadora de 16 mm que cargaban consigo). Ya por la noche llegaron a Mérida, la ciudad. "A primera hora mi esposo salió a buscar a los cargueros y las mulas, mientras yo me ocupé de ir a la catedral... lo que quiere decir que fui a rezar porque todo saliese bien y porque a nadie le sucediese nada malo". Al día siguiente, a las 4:00 am, empezó la escalada. Cuatro horas más tarde ya se encontraban en Casa Blanca, donde fueron recibidos por los campesinos. "Allí nos brindaron un cafecito negro y yo pensaría que nunca tomé más sabroso café que aquél". De allí hacia La Aguada, que era donde vivía Domingo Peña, el guía veterano de la región. "El nos esperaba, con su hijo". Tras un breve descanso, siguieron camino hacia Los Nevados hasta que finalmente llegaron al campamento donde pasarían la noche, situado a unos 4.300 metros de altura. "Por todo el camino nos acompañaba la columna -así llamaban al pico Bolívar-. Hasta allí llegaban las mulas. Hasta allí nos acompañó Odehnal, a quien le dio mal de páramo". Al día siguiente, siguieron subiendo hasta llegar a la Esplanada del Espejo, más exactamente hasta la Lagunita de Sangre, donde hicieron el segundo campamento. Estaban ya a 4.575 metros de altura. Allí decidieron pasar la noche para facilitar la aclimatación.




De nuevo en marcha, los esperaba el glaciar de Timoncito, pasando por lo que se conoce como el Callejón del infierno. "Allí levantamos campamento en un refugio que era de tal tamaño que las carpas cabían adentro. Pasamos la noche. Al despertarme, salí afuera para ver qué tiempo hacía. Era algo indescriptible. Me daba la impresión de que el día empujaba a la noche... y luego salía el sol. Por debajo de nosotros, era un mar de ovejitas, un mar de nubes blancas pequeñitas, y de cuando en cuando, se veían los picachos, como islitas... ese mar de ovejitas y el sol empujando a la noche... es difícil describirlo, muy emocionante, precioso".




A estas alturas, sólo quedaba llegar a la cima. Ya no los acompañarían los cargadores. Sólo Domingo Peña por delante. Tomaron la ruta Weiss (se llama así porque fue el camino tomado por Franz Weiss cuando llegó a la cima), y empezaron a escalar por la roca, amarrados. Llegaron a la cumbre al mediodía. El primero en llegar fue su esposo Carlos, después le alcanzaría Mauricio, y de tercera llegaría ella. El sentimiento fue de grandeza... y de sorpresa. En lo más alto no había una cruz, como las que estaba acostumbrada a encontrarse en Europa. No señor. Un busto de Bolívar los esperaba. Todavía hoy se muestra sorprendida.



De arriba hacia abajo:



- Carlos Prochaska, su esposa Elizabeth y Mauricio Stiassni, al lado del busto de Bolívar en plena cumbre


- En la última parada, antes del ascenso definitivo, Prochaska se ocupa de su otra afición: la fotografía


- A pocos metros de alcanzar el pico. En aquellos tiempos los excursionistas no contaban con los equipos y la indumentaria que facilitan la dura faena. Sólo los zapatos pesaban más de dos kilos cada uno


- La expedición subió por la ruta Weiss



Las primeras. La primera mujer en llegar al Pico Bolívar fue Dora de Marmillord, quien lo logró, junto a su esposo, en 1942. El 7 de junio de 1946, pondría su pie en la cima la primera venezolana, de nombre Blanca Josefina Carrillo. Otra compatriota, Julia Elena Sturup Brandt, también inscribió su nombre entre las primeras, el 14 de abril de 1949. Elizabeth de Prochaska alcanzaría la cumbre más alta de este país el 7 de febrero de 1952. De ello no hay registros, pero queda su testimonio, una película y las fotos.